¿Sabía que los microplásticos pueden acumularse en su cerebro y afectar su salud? La investigación muestra que estas pequeñas partículas de plástico, que se encuentran en el agua, los alimentos y el aire, pueden penetrar la barrera hematoencefálica y causar inflamación, estrés oxidativo e interferir con el sistema de señal del cerebro. Esto es lo que necesitas saber:
- La cantidad de microplásticos aumenta rápidamente: El tejido cerebral puede contener hasta 7-10 gramos de plástico, lo que corresponde a aproximadamente el 0.5 % del peso del cerebro.
- Riesgos neurológicos: Los microplásticos pueden contribuir a problemas cognitivos, cambios de humor y trastornos del desarrollo al alterar los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.
- En comparación con otra contaminación: Los microplásticos son particularmente dañinos debido a su presencia física y su capacidad para transportar otras sustancias tóxicas.
- Cómo protegerte: Use filtros de agua, evite botellas de plástico y elija materiales naturales en la vida cotidiana.
Comparación rápida: microplásticos versus otra contaminación
| Contaminación | Efecto en el cerebro | Cómo llega al cerebro | Medidas de salvaguardia |
|---|---|---|---|
| Microplásticos | Neuroinflamación, estrés oxidativo | A través de la barrera hematoencefálica | Filtración de agua, reducir el uso de plástico |
| Metales pesados | Daño celular, neurotoxicidad | A través de la flora intestinal y la circulación sanguínea | Adsorción, purificación biológica |
| Pesticidas | Mayor riesgo de Alzheimer/autismo | Aumento de la permeabilidad de la barrera | Uso limitado, opciones orgánicas |
| Residuos de drogas | Perturban sustancias de señal | A través de la comida y el agua | Procesos de oxidación avanzados |
Los microplásticos son una amenaza creciente que requiere una acción inmediata. Siga leyendo para comprender cómo puede reducir su exposición y proteger la salud del cerebro.
Su cerebro consta de 0.5% de microplásticos según un nuevo estudio
Cómo alcanza y afecta al cerebro
El camino desde nuestro agua potable hasta el tejido cerebral es más complejo de lo que podría pensar. Aunque la barrera hematoencefálica normalmente actúa como una protección para el cerebro, la investigación ha demostrado que las partículas microscópicas como los microplásticos pueden superar más fácilmente esta barrera de lo que se pensaba anteriormente. Una vez que estas partículas llegan al cerebro, pueden causar cambios en la química del cerebro.
La ruta de los microplásticos a través del cuerpo
Los microplásticos ingresan al cuerpo de varias maneras: a través del agua contaminada, los alimentos (especialmente los mariscos) y a través del aire que respiramos. Una vez en el torrente sanguíneo, las pequeñas partículas de plástico pueden ser absorbidas por las células inmunes, lo que a su vez puede hacer que estas células se atasquen en los pequeños vasos sanguíneos del cerebro y causen bloqueos.
Los nanoplastos, que son aún más pequeños, son particularmente problemáticos. Su tamaño les facilita pasar la protección del cuerpo y alcanzar directamente el tejido cerebral.
"De alguna manera, estos nanoplásticos secuestran su camino a través del cuerpo y llegan al cerebro, cruzando la barrera hematoencefálica. Los plásticos aman las grasas, o los lípidos, por lo que una teoría es que la plástica está secuestrando su camino hacia el camino. Lipídicos: el cerebro es la parte superior entre ellos".
Acumulación en tejido adiposo cerebral
Cuando los microplásticos llegan al cerebro, tienden a acumularse en el tejido adiposo, especialmente en el patín de mielina, la estructura rica en grasa que protege las fibras nerviosas y controla la transmisión de la señal entre las células nerviosas.
Los estudios muestran que el cerebro puede contener concentraciones 7-30 veces más altas de microplásticos en comparación con los órganos como el hígado y los riñones. Un cerebro promedio puede contener aproximadamente 10 gramos de microplásticos, lo que corresponde a aproximadamente el 0.5 por ciento del peso total del cerebro. El polietileno (PE) es el tipo de plástico más común en el tejido cerebral y representa aproximadamente el 75 por ciento de las partículas medidas. Esta acumulación desencadena procesos inflamatorios que afectan negativamente la función de las células nerviosas.
Efectos neurológicos e inflamación
Una vez que los microplásticos han alcanzado el tejido cerebral, comienzan una serie de reacciones dañinas. Las células inmunes del cerebro se activan y comienzan a liberar sustancias inflamatorias como TNF-α, IL-6 e IL-1β, lo que lleva al estrés oxidativo. Al mismo tiempo, la actividad de la acetilcolinesterasa (AChE) se reduce, una enzima que es crucial para la memoria y el aprendizaje. Los microplásticos también interfieren con el equilibrio de importantes neurotransmisores como dopamina, serotonina, glutamato y GABA, que pueden contribuir a cambios de humor, problemas cognitivos y trastornos del desarrollo.
Comparación con otra contaminación
Los microplásticos difieren de otros tipos de contaminantes, como los metales pesados y los pesticidas, ya que su doblación se debe principalmente a sus propiedades físicas en lugar de a la toxicidad química. Su tamaño y forma los hacen particularmente problemáticos.
Un estudio italiano mostró que las personas con microplásticos en sus arterias tenían un riesgo 2.1 veces mayor de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o muerte. Además, el tejido cerebral de personas con demencia mostró mayores concentraciones de microplásticos en comparación con el tejido de las personas sin demencia.
"Nunca hubiera imaginado que fuera tan alto. Ciertamente no me siento cómodo con tanto plástico en mi cerebro, y no necesito esperar alrededor de 30 años más para descubrir qué sucede si las concentraciones se cuadruplicaron". - Matthew Campen, PhD, Profesor Distinguished & Regents, UNM College of Pharmacy
La cantidad de microplásticos en el tejido cerebral ha aumentado en un 50 por ciento en solo ocho años, lo que refleja la creciente cantidad de desechos plásticos en el medio ambiente. Si no se toman medidas, es probable que este problema se agrave aún más.
1. Microplásticos en el agua
Caminos al cerebro
Los microplásticos más pequeños, especialmente los nanoplastos (aproximadamente 0.2 µM) pueden ser absorbidos por las células del cuerpo y cruzar la barrera hematoencefálica por endocitosis y transcy.
Cuando inhalamos los microplásticos, pueden llegar al cerebro directamente a través del bullben y los nervios del trigemino. Un estudio de septiembre de 2024, dirigido por el profesor Dr. Thais Mauad y el Dr. Luis Fernando Amato-Souranco en la Universidad de São Paulo y la Universidad Freie Berlín, revelaron que los microplásticos se habían reunido en el bulbo de olor de residentes fallecidos de São Paulo, Brasil. De las 15 personas analizadas, se encontraron fibras de plástico y partículas en 8 de las muestras, donde el polipropileno era el tipo de plástico más común.
Un factor decisivo para la capacidad de los microplásticos para cruzar la barrera hematoencefálica es la llamada capa biomolecular coronan-A de proteínas y otras biomoléculas formadas en la superficie de las partículas de plástico. Los investigadores describen el proceso así:
"El mecanismo de transporte de los MNP a través de estas barreras es un proceso complejo que depende de varios factores, como el tamaño de partícula, la carga, la química de la superficie y el tipo de célula con la que interactúan".
"Por lo tanto, el tipo de corona puede afectar su capacidad para ingresar a BBB y su toxicidad general significativamente"
Una vez que las partículas pasan la barrera, desencadenan rápidamente una reacción inflamatoria.
Efectos neuroinflamatorios
Cuando los microplásticos llegan al tejido cerebral, pueden comenzar una variedad de reacciones dañinas. Activan microglia y astrocitos, lo que provoca citocinas proinflamatorias como TNF-α, IL-6 e IL-1β para liberar. Esto también causa estrés oxidativo y puede dañar las neuronas. La investigación sobre ratones ha demostrado que la exposición a la microplasa conduce a una reducción de la expresión de GFAP, que puede ser un signo temprano de cambios neurodegenerativos. Además, los microplásticos pueden agravar la inflamación en la isquemia cerebral al aumentar la activación de la microglia y los niveles de citocina. Además, pueden causar daño mecánico y liberar sustancias tóxicas como ftalatos, bisfenoles y metales pesados.
Prueba de evidencia
La investigación apunta a un aumento preocupante en los microplásticos del tejido cerebral. Un estudio de 2024 mostró que las muestras de cerebro en promedio contenían aproximadamente 0.5 por ciento de plástico de su peso. Aún más alarmante fue que las muestras de personas con demencia contenían hasta diez veces más plástico que muestras de individuos sanos.
Matthew Campen, toxicólogo y profesor en la Universidad de Nuevo México, expresó su sorpresa:
"Hay mucho más plástico en nuestros cerebros de lo que jamás hubiera imaginado o se hubiera sentido cómodo"
Los microplásticos también se han descubierto en casi todas las partes del cuerpo. En una comparación entre muestras humanas y perros, se encontró que las muestras humanas contenían concentraciones casi tres veces más altas de microplásticos.
Estrategias de restricción
Con el creciente conocimiento de los efectos negativos de los microplásticos en el cerebro, se está volviendo cada vez más importante tomar medidas para reducir la exposición. La filtración de agua es uno de los métodos más efectivos. Beber agua embotellada puede significar una ingesta de hasta 90,000 microplásticos por año, mientras que el agua del grifo puede limitar esto a 4,000. La ebullición del agua del grifo también puede eliminar al menos el 80 por ciento de los micro y los nanoplastos.
La ósmosis inversa es un método de filtración efectivo, mientras que EPOC activa Puede eliminar las partículas de plástico parcialmente. Otro consejo es evitar bolsas de plástico para el té, ya que pueden liberar millones de partículas de plástico al elaborar.
El Dr. Nicholas Fabiano, investigador de psiquiatría de estilo de vida, enfatiza la importancia de la conciencia:
"Es importante que el público sea consciente de las crecientes cantidades de microplásticos en el medio ambiente y ocupado en nuestros cuerpos. También debemos comprender los métodos disponibles para ayudar a reducir los microplásticos mientras la investigación continúa buscando métodos para eliminarlos de nuestros cuerpos, lo que continúa siendo defectuoso en evidencia"
Además de la filtración de agua, también se recomienda la purificación del aire con HEPA y el filtro de EPOC activo, reemplazando las herramientas de cocina antiadherentes con alternativas como cerámica, acero inoxidable o hierro fundido, y con vidrio o acero inoxidable en lugar de botellas de plástico y contenedores de alimentos.
2. Otra contaminación del agua (metales pesados, pesticidas, drogas)
Además de los microplásticos, la contaminación química afecta al cerebro de otras maneras, a menudo a través de mecanismos biológicos complejos.
Cómo la contaminación llega al cerebro
Los metales pesados, los pesticidas y las drogas pueden cruzar la barrera hematoencefálica imitando nutrientes importantes o afectando la flora intestinal. Algunas de estas sustancias engañan al cuerpo para que los traten según sea necesario, lo que significa que se transportan activamente a las células.
Cuando la flora intestinal está perturbada, la permeabilidad de la barrera hematoencefálica puede aumentar, lo que facilita que las sustancias nocivas alcanzaran el cerebro. Los metales pesados también pueden unirse a las proteínas y alejar metales importantes de sus lugares naturales, lo que lleva al daño celular y la toxicidad. A diferencia de los microplásticos, que afectan a través de su presencia física, estas sustancias causan cambios bioquímicos que pueden desencadenar rápidamente reacciones inflamatorias en el cerebro.
Efectos en el cerebro
Los contaminantes químicos activan los procesos inflamatorios, causan estrés oxidativo e interfieren con el sistema de señal del cerebro. Los estudios epidemiológicos han vinculado los pesticidas con un mayor riesgo de enfermedades y afecciones neurodegenerativas como el autismo. Por ejemplo, un estudio mostró un vínculo entre la exposición a pesticidas y la enfermedad de Alzheimer (OR = 1.34; intervalo de confianza del 95 % = 1.08-1.67; n = 7).
Las estadísticas de los Estados Unidos muestran que el 8-10 % de las mujeres tienen niveles de mercurio que pueden ser neurotóxicos, y más de 500,000 personas están expuestas anualmente al cadmio en sus lugares de trabajo. Un estudio exhaustivo de tierras agrícolas en la UE mostró que el 80 % de las muestras contenían residuos de pesticidas.
Mientras que los microplásticos afecta físicamente al cerebro, interrumpe los PFA (sustancias de alta fluorada) el sistema de señal del cerebro para dopamina, serotonina, glutamato y GABA. Esto puede contribuir a los trastornos del estado de ánimo, los problemas cognitivos y los trastornos relacionados con el desarrollo.
La evidencia detrás de la influencia
La investigación muestra claramente que la contaminación química puede dañar el cerebro. Factores ambientales como los pesticidas se han relacionado con enfermedades que afectan el sistema nervioso. Un estudio italiano de 2024 encontró que el trigo de duración cultivado en los suelos regados con aguas residuales contenía antibióticos, AINE y productos químicos que desprendieron hormonas. Esto muestra que los residuos de drogas pueden terminar en nuestra cadena alimentaria a través del riego.
Dichos hallazgos subrayan la importancia de desarrollar estrategias específicas para reducir los riesgos de los diferentes tipos de contaminación.
Estrategias para reducir los efectos
Para manejar los efectos neurotóxicos de los contaminantes químicos, se requieren soluciones que las utilizadas para los microplásticos. La adsorción es un método efectivo para eliminar metales pesados, mientras que las técnicas como la mediación fitore y los procesos avanzados de oxidación (AOP) pueden usarse para descomponer los residuos de medicamentos.
| Método de purificación | Eficiencia | Costo | Restricciones |
|---|---|---|---|
| Métodos físicos | ~50 % | Bajo | Eficiencia limitada |
| Métodos químicos | 98–99 % | Alto | Residuos secundarios, productos químicos caros |
| Métodos biológicos | Diverso | El más bajo | Requiere condiciones específicas |
Los humedales construidos han mostrado resultados prometedores. Un estudio mostró que más del 98 % de cafeína, acetaminofeno, ibuprofeno, naproxeno y triclosán podían eliminarse del agua. La planta Heliconia rostrata Eliminado más del 80 % de ibuprofeno y cafeína, y en algunos sistemas se eliminaron hasta el 97 % de la cafeína.
A nivel mundial, se estima que la contaminación química de los sistemas de agua contribuye a aproximadamente 500,000 muertes por año. Además, aproximadamente dos millones de toneladas de pesticidas se usan anualmente, pero menos del 0.1 % de estos alcanzan los cultivos previstos.
Las soluciones prácticas incluyen la recuperación de aguas residuales, el uso de técnicas de adsorción con microbianos o nanomateriales para eliminar metales pesados y la aplicación de procesos de oxidación avanzados con ozono, peróxido de hidrógeno y luz UV para descomponer los residuos de los medicamentos.
Ventajas y desventajas
Los microplásticos establecen requisitos especiales en comparación con otros tipos de contaminación del agua.
Desafíos con los microplásticos
Descubrir y eliminar los microplásticos del agua es un proceso complicado. Requieren técnicas avanzadas, lo que las hace más difíciles de manejar que los contaminantes químicos, como los metales pesados y los pesticidas. Las plantas actuales de tratamiento de agua a menudo no están equipadas para capturar de manera efectiva los microplásticos, lo que significa que corren el riesgo de ser liberados en el medio ambiente.
Frecuencia y ocurrencia
Los microplásticos son sorprendentemente comunes. Según los datos, hasta el 83 % de todas las muestras de agua de la grúa examinadas contienen microplásticos. Las concentraciones varían mucho, desde tan solo 1 × 10⁻² a hasta 10 ⁸ partículas por metro cúbico. El agua de la botella también se ve afectada, con entre 8 y 22 partículas por litro. La exposición diaria a través del agua potable se estima en 382 ± 205 partículas por persona.
Efectos neurológicos en comparación
Un estudio de 2025 por Makwana et al. demostró que los residentes de las áreas costeras estadounidenses con altos niveles de microplásticos marinos informaron más problemas de salud. Las discapacidades cognitivas autoinformadas fueron mayores (15.2 % en comparación con el 13.9 %), así como la discapacidad (14.1 % en comparación con el 12.3 %). Los análisis de regresión también mostraron condiciones de prevalencia elevadas para problemas cognitivos (1.09 [IC 95 %: 1.06-1.12]) y discapacidades relacionadas con la autocuidado (1.16 [1.11-1.20]) en áreas con alta exposición. Estos resultados son consistentes con investigaciones previas que vinculan los microplásticos con los efectos neuroinflamatorios en el tejido cerebral.
Comparación de métodos de tratamiento
| Método de tratamiento | Ventajas | Desventajas |
|---|---|---|
| Filtración | Eliminación efectiva | Riesgo de membrana |
| Adsorción | Fácil de usar, efectivo | Requiere regeneración |
| Coagulación | Bajo costo, operación fácil | Requiere agentes de floking |
| Oxidación química | Degradación rápida | Alto consumo de energía |
| Degradación biológica | Respetuoso con el medio ambiente | Lento e ineficaz |
Cada método tiene sus fortalezas y debilidades, pero la ocurrencia generalizada de los microplásticos deja en claro que son necesarias medidas específicas.
Por qué los microplásticos están enfocados
Los microplásticos reciben atención especial porque son comunes en los productos cotidianos, visibles a simple vista y tienden a acumularse con el tiempo. Su impacto se extiende en varios sectores y medidas contra los microplásticos puede reducir simultáneamente la exposición a otras sustancias dañinas.
Soluciones futuras
Para enfrentar estos desafíos, se requieren estrategias sostenibles y ecológicas. Los ejemplos incluyen tecnología que minimiza las emisiones, los métodos integrados para la protección del medio ambiente y el desarrollo de plástico biodegradable. Además, es crucial desarrollar métodos rápidos y precisos para medir los microplásticos, lo que puede ayudar a mejorar las técnicas de purificación.
"Una vez que los microplásticos se liberan al medio ambiente, son casi imposibles de eliminar. La forma más efectiva y factible de limitar las emisiones es abordarlas en la fuente". - Los fideicomisos benéficos de bancos
SBB-ITB-6902296
Métodos y consejos de protección
Limitar la exposición a los microplásticos y otra contaminación del agua potable requiere medidas prácticas y opciones conscientes en la vida cotidiana. Con el enfoque correcto, los hogares suecos pueden reducir su exposición y al mismo tiempo apoyar la salud del cerebro.
Purificación de agua en el hogar
Hervir agua del grifo es un método simple pero efectivo que a menudo se pasa por alto. Al hervir el agua del grifo durante cinco minutos, la cantidad de microplásticos puede disminuir en un 25-90 %, dependiendo de la calidad del agua. Zimin Yu, ingeniero biomédico de la Universidad de Medicina de Guangzhou, explica:
"Esta simple estrategia de agua de ebullición puede 'descontaminar' NMP [nano y microplásticos] del agua del grifo doméstico y tiene el potencial de aliviar la ingesta humana de NMP a través del consumo de agua".
Para obtener los mejores resultados, use hervidores de acero inoxidable y filtros que capturen depósitos de cal, lo que puede unir a los microplásticos. Los investigadores de China también han enfatizado que el agua hervida es un método sostenible para reducir la exposición global a los microplásticos.
Filtros de agua avanzados es otra alternativa efectiva. Las empresas suecas han desarrollado tecnología de filtro, como la ósmosis inversa y el carbono activado, que puede eliminar hasta el 99.99 % de los microplásticos y los PFA del agua potable.
Reducir el uso de plástico en la vida cotidiana
Además de limpiar el agua, es importante reducir el uso de plástico en la vida cotidiana. Reemplace los productos de plástico con alternativas como madera, vidrio o acero inoxidable para reducir la ingesta de plástico. Por ejemplo, el corte de zanahorias en una tabla de corte de plástico puede generar hasta 50 gramos de microplásticos por año. Además, un estudio de 2018 mostró que el 93 % del agua embotellada contenía microplásticos.
Limpieza del hogar y calidad del aire
Cuando la purificación del agua mejora, también es importante optimizar el entorno doméstico. La aspiradora regular y el secado húmedo pueden reducir la cantidad de microplásticos del polvo y los materiales sintéticos. Invierta en el filtro HEPA y el filtro activo de aire COPD para limpiar el aire de las partículas.
También elija productos de cuidado personal que estén etiquetados como gratuitos de PFA.
Nutrientes para la salud del cerebro
Además de reducir la exposición, es importante fortalecer la defensa natural del cuerpo con una nutrición adecuada. Como los microplásticos pueden penetrar la barrera hematoencefálica y causar inflamación, los antioxidantes son como Glutatión, NAC (N-acetilcisteína), Ácido alfalipoico y Vitamina C. Importante para neutralizar los radicales libres. Sujetos como Resveratrol y ácidos grasos omega-3 También puede reducir la inflamación.
Estrategias de estilo de vida
Las soluciones técnicas deben complementarse con un estilo de vida saludable para la mejor protección. El ejercicio regular, el buen sueño y el estrés reducido son cruciales para la salud del cerebro. La actividad física ayuda al cuerpo a desintoxicarse, mientras que el sueño le da tiempo al cerebro para reparar el daño. Svetherapy, a través de sauna o ejercicio, también puede apoyar el proceso de desintoxicación. Además, los probióticos contribuyen a una flora intestinal equilibrada, que está vinculada a la salud del cerebro a través del eje cerebral intestinal.
Dieta y conciencia
Evite los alimentos ultra procesados, ya que contienen concentraciones más altas de microplásticos en comparación con los alimentos enteros. El Dr. Nicholas Fabiano de la Universidad de Ottawa enfatiza:
"Estamos viendo evidencia convergente que debería preocuparnos a todos ... Los alimentos ultra procesados ahora comprenden más del 50% de la ingesta de energía en condados como Estados Unidos, y estos alimentos contienen concentraciones significativas de microplásticos".
Cuando sea posible, elija sal de fuentes distintas del mar. Se estima que una persona promedio consume aproximadamente 5 gramos de microplásticos por semana, correspondiente al peso de una tarjeta de crédito.
Al combinar estas medidas, los hogares suecos pueden reducir su exposición a los microplásticos y fortalecer la defensa del cerebro contra los efectos ambientales nocivos.
Conclusión
El análisis muestra claramente que los microplásticos constituyen una amenaza grave para la salud del cerebro, en una clase propia en comparación con otra contaminación del agua. Al combinar evidencia de estrés oxidativo, la neuro inflamación y su capacidad para acumularse en el tejido cerebral, aparece una imagen preocupante. A diferencia de los metales y los pesticidas pesados, que causan principalmente daño a través del estrés oxidativo y la inflamación, los microplásticos también pueden transportar otras sustancias tóxicas y ellos mismos causar inflamación neurológica al penetrar la barrera hematoencefálica.
Un aspecto particularmente alarmante es la tendencia de los microplásticos a acumularse en el tejido cerebral con el tiempo. Los investigadores expresan preocupación por la creciente cantidad de partículas de plástico que se encuentran en el cerebro.
Se necesita más investigación con urgencia. Los estudios en animales han demostrado que los microplásticos pueden causar problemas cognitivos ya después de tres semanas de exposición, pero no hay estudios a largo plazo en los humanos. Mary Margaret Johnson de Harvard T.H. Chan School of Public Health enfatiza la importancia de priorizar esta área:
"Creo que hay más fondos dedicados a investigar cómo realmente está afectando nuestros órganos y enfermedades en sí".
Los hogares suecos ya pueden tomar medidas para reducir su exposición. Es especialmente importante proteger a los niños y embarazadas, ya que sus cerebros son muy sensibles tanto a los microplásticos como a las sustancias como PFA.
Gracias a la alta calidad del agua del grifo sueco, es fácil introducir salvaguardas en el hogar. Si bien los investigadores y las autoridades trabajan en soluciones a largo plazo, podemos asumir la responsabilidad de protegernos aquí y ahora con métodos simples pero efectivos.
Preguntas frecuentes
¿Cómo afectan los microplásticos al cerebro y qué riesgos aportan a nuestra salud?
Microplásticos y su impacto en el cerebro
Los microplásticos pueden afectar negativamente la función cerebral desencadenando la inflamación y cambiando la química del cerebro. La investigación ha demostrado que estas pequeñas partículas de plástico pueden penetrar la barrera hematoencefálica, la barrera protectora que normalmente evita que las sustancias nocivas alcancen el cerebro. Una vez que los microplásticos llegan al cerebro, pueden interferir con el flujo sanguíneo y afectar la función de las células nerviosas. Esto, a su vez, puede conducir a problemas cognitivos y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como la demencia.
También hay indicios de que los microplásticos pueden acumularse en el tejido cerebral con el tiempo. Esta acumulación puede reforzar los procesos inflamatorios y potencialmente dañar la salud a largo plazo del cerebro. Con la creciente cantidad de microplásticos en nuestro entorno, las preocupaciones crecen por las consecuencias que esto puede tener tanto para la salud del cerebro como para nuestro pozo general.
¿Cómo puedo reducir la exposición a los microplásticos en mi hogar?
Entonces reduce los microplásticos en el hogar
La reducción de los microplásticos en el hogar no tiene que ser complicado: algunos pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia. Empiece por eso Reemplace las tablas de corte de plástico contra alternativas como madera, vidrio o acero inoxidable. Las tablas de corte de plástico pueden liberar pequeñas partículas de plástico cuando las cortas. Otro paso simple es usar botellas reutilizables en vidrio o acero inoxidable en lugar de botellas de plástico desechables, que a veces contienen microplásticos.
Para el agua potable puede uno Filtro de ósmosis inversa ser una buena inversión. Ayuda a filtrar microplásticos y otros contaminantes del agua. Además, es sabio Limpiar regularmente, por ejemplo, aspirando y limpiando los pisos. Esto reduce el polvo y los microplásticos que pueden venir desde afuera. Finalmente, evite Alimentos térmicos en recipientes de plástico - El calor puede liberar partículas de plástico y productos químicos que no desea obtener en usted.
Al hacer estos pequeños cambios, crea un ambiente más limpio y saludable en su hogar.
¿Cómo afectan los microplásticos al cerebro en comparación con otra contaminación, como metales pesados y pesticidas?
Microplásticos y su impacto en el cerebro
Los microplásticos tienen la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica, lo que puede conducir a la inflamación de las células cerebrales. Este proceso puede causar estrés oxidativo, la muerte celular y, en el peor de los casos, contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Curiosamente, los microplásticos cubiertos de clima parecen ser aún más dañinos que las nuevas partículas de plástico, ya que pueden inducir una respuesta inflamatoria más fuerte.
En comparación con los microplásticos, los metales pesados como el plomo y el mercurio afectan al cerebro de una manera diferente. Damilan las células nerviosas directamente e interfieren con los neurotransmisores del cerebro. Los pesticidas, por otro lado, tienden a interferir con la transmisión sináptica y causan inflamación. Sin embargo, los microplásticos se destacan porque afectan particularmente las células inmunes del cerebro. Esto puede hacer que sus efectos a largo plazo sean más difíciles de detectar, pero aún muy graves.